miércoles, 5 de abril de 2017

De manifestaciones buenas y “republicanas” a manifestaciones malas y “golpistas”



El Señor Pablo Mendelevich escribe ayer en La Nación una columna titulada “Un golpismo explícito lleno las calles de gente”

De entrada ya me parece un tanto sádico hablar de golpismo desde un medio de comunicación que avaló el golpe militar del 76 siendo cómplice de esa dictadura, al esconder el avasallamiento de los derechos humanos y el terrorismo de Estado.

Vaya paradoja!

Remarca la “civilidad” de la marcha del primero de abril. Ensalzándola como una manifestación colectiva en pos de la democracia y la República y, por supuesto, en apoyo al gobierno actual.

Ello en contraste con las marchas de la CGT, docentes, de ambas CTA,  del paro del 6 de abril y determinados dichos de Cristina Fernandez de Kirchner.

Todo ello configuraría una entente golpista cuyo motor es el Peronismo y por sobre todas las cosas, lo que Mendelevich llama el “Kirchnerismo Residual”.

En principio deberíamos discutir a que le llamamos gobierno democrático.

¿Un gobierno es democrático por el simple hecho de haber obtenido la mayoría de los votos en segunda vuelta – recordemos que con una exigua ventaja-?

Cuando los representantes elegidos por el sufragio de la sociedad gobiernan para un sector muy pequeño de la comunidad, siendo esta, además, la clase dominante, podemos decir que hay una legitimidad legal y formal de origen.

Sin embargo, ¿ se lo puede catalogar, rigurosamente,  de democrático?

Los Griegos a este proceso le llamaban la conversión de Democracia en Oligarquía.

Esta  era y es una de las deformaciones de la democracia y se da cuando los representantes gobiernan para unos pocos.
O sea, que para que a un gobierno se lo califique de democrático, no solo deben concurrir los votos, sino que sus actos de gobierno deben estar dirigidos a las mayoría de pueblo y, en especial, a los sectores más postergados de la sociedad.

Para que ello o ocurra una de las pautas fundamentales es la distribución equitativa del ingreso.

Otra pauta esencial es que el conflicto es el motor de la democracia y la negociación es su forma de canalización.

Si el actual gobierno vitupera y estigmatiza a los dirigentes, si pone al conflicto como una enfermedad patológica de la sociedad, está al ¿borde? del autoritarismo. Porque si es así a una patología hay que combatirla y en términos políticos ello implica reprensión.

De ello ya ha habido algunos ensayos.

Ante todo esto es muy difícil calificar de democrático y republicano a esta administración.

Esta mucho más emprentado a una Oligarquía Autoritaria que aquel de democracia.

La simple democracia formal no asegura que un gobierno sea democrático, para ello debe concurrir la substancia, lo que varios politólogos definen como democracia sustantiva.

Como buen Macartista Mendelevich, contrapone a este “buen gobierno” el proceso venezolano – al que seguramente no conoce en profundidad, salvo lo que dicen los medios hegemónicos- y este sería la aspiración del “ Kirchnerismo Residual”.

Pone en boca de Nestor Kirchner y de Cristina Fernandez esa aspiración.

Recordando una frase del ex presidente “Nos dicen Kirchneristas para bajarnos el precio, nosotros somos peronistas”.
Manipulando lo que fue el apoyo que en su momento tuvo el proceso venezolano por Nestor Kirchner y Cristina Kirchner pretende hacer un panegírico de sus pensamientos.

El Peronismo desarrollado por el y la ex presidenta de la Nación, simplemente, una continuidad histórica de los Gobiernos de Perón entre 1946 y 1955, hablando de golpes a gobiernos democráticos.

El Peronismo no necesita abrevar, tener como espejo ningún ejemplo de países hermanos.

El Movimiento Peronista tiene sus propios principios y doctrina que le alcanza y le sobra para hacer de ello un gobierno sustantivamente, democrático.

Si alguien ha sufrido los golpes de Estado ha sido el Peronismo, sufrimiento en forma literal.

En Junio de 1955 el Almirante Rojas bombardeo Plaza de Mayo. Murieron casi 500 trabajadores y más de mil resultaron heridos.

El golpe de estado de septiembre de aquel año no solo proscribió a Peron, sino que lo hizo con el peronismo.

Este tenía vedado participar de cualquier elección, proscripción que se mantuvo hasta 1973 (18 años de proscripción, lo que incluye al gobierno de Arturo Ilia que pareciera ser la “santidad” democrática, sin embargo mantuvo esa proscripción)

En  la dictadura de Rojas y Aramburu, se encarceló a más de mil dirigentes sindicales, Felipe Vallesse con 21 años se convierte en el primer desaparecido de las fuerzas represivas.
El peronismo no se podia, ni se podían siquiera nombrar las palabras peronismo, Perón o Evita, obviamente, como ya lo he manifestado, no se podía presentar a elecciones.

Tal es así que cuando en Alianza Andrés Framini ganó las elecciones a gobernador de la provincia de Buenos Aires, la misma fue anulada.
Todo aquel que se identificaba como peronista era perseguido, encarcelado o reprimido o reprimido y encarcelado.

Con el golpe del 76 se inicia la etapa más nefasta de nuestro país donde treinta mil desaparecido fueron el saldo primario, alguno de estos militantes, otro dirigentes sindicales, delegados de empresas, estudiantes y de todas las profesiones que en su gran mayoría eran peronistas.

Para salirnos de duda de cierto relato tergiversado. ¿Eran Guerrilleros? El que contesta a esta pregunta es el propio Jorge Rafael Videla en la Navidad del 75.

En un discurso al “Pueblo Argentino”, manifiesta que la guerrilla está aniquilada y que solo resiste un pequeño foco en Tucumán – raro que la comunicación de esto la diera el general Videla y no la Presidenta de la Nación que constitucionalmente era la Jefa de las Fuerzas Armadas -.

Esto implica que el golpe ya era un hecho y que la fecha del 24 de Marzo fue una formalidad para que se practique la toma del formal delpoder político.

Si la mayoría de las desapariciones fueron entre el 76 y el 78, tal como se exponen en los documentos desclasificados del Departamento de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica, evidentemente, los desaparecidos no fueron guerrilleros.

Sin embargo ni La Nación, ni Clarín, ni Pablo Mendelevich denunciaron lo que estaba pasando.

Es más Mendelevich fue columnista de las revistas Redacción y Confirmado.
La primera de ellas el 24 de Marzo de 1976 tituló “Se acabo la pesadilla”.

Mientras que “Confirmado” fue uno de los medios que ayudó a derrocar a Ilia.

Uno de los gobiernos que Mendelivich menciona para poner al Peronismo como un movimiento golpista.

Todo muy democrático en la vida del columnista.

Es algo así como que el Lobo hable de lo buenas que son las ovejas.
Hoy hablan de golpismo, cuando desde la cuna fueron golpistas.
Y por qué hablan de golpe?

Porque precisamente los que están gobernando son la pata civil de la dictadura del 76, o sus descendientes o aquellos que no lo dicen pero se sabe que están de acuerdo con esa tremenda, terrible etapa de nuestra historia.  Lo que, por supuesto, incluye a Mendelevich.

Asimismo enfrentando a las manifestaciones populares, con la reducida plaza del 1ro de abril que al lado de aquellas no dejan de ser una anécdota y no una plaza formidable como pretende el Señor Pablo Mendelivich.

Todo esto sigue teniendo el trasfondo de Civilización y Barbarie, reeditado desde Sarmiento siglo a siglo por la minoría acaudalada de esta sociedad y esa es precisamente, la verdadera grieta.


Carlos Luis Robinson Marin

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