viernes, 7 de abril de 2017

No hay herramienta sindical que envejezca.


En general la discusión del derecho de huelga se basaba, en que como todos los derechos, no es absoluto, sino que habría que reglamentarlo – visión con la que no concuerdo -.

Si bien, en algunos momentos se insinuó su vetustez, ello nunca pasó de ser anecdótico.

Sin embargo, en estos días viene habiendo una escalada sobre esta herramienta sindical en cuanto que es una medida que se encuentra envejecida, fuera de toda actualidad, ineficaz y perjudicial para la sociedad. Algunas de las personas que así lo han manifestado son el Presidente Mauricio Macri; la Vicepresidenta Gabriela Michetti  y el Ministro de Trabajo Jorge Triaca.

Basados en una supuesta modernidad, descalificando al movimiento obrero cuando lo trata de mafia, el paro se supondría una conducta patológica de la sociedad, una anomalía de la misma que como patología y anomalía hay que erradicar en un contexto social “moderno” – concepto este último que no define nada por sí mismo –

Esta idea de la "anomalía patológica" es propia de los regímenes autoritarios, puesto que al ser una conducta irracional debe ser desterrada de una forma u otra – esto de una “forma u otra” por supuesto y por sobre todas las cosas incluye la represión -.

Un gobierno que en las formas dice ser dialoguista nunca descartaría la dinámica del conflicto y los derechos que de allí emanan., pero que en los hechos es sordo y mudo, 

El conflicto es inherente al juego democrático, le otorga cierta sustancia y, dentro de esa dinámica el derecho de huelga estará siempre latente.

El conflicto no es otra cosa que la manifestación, en general, de dos posturas distintas, no deja de ser en el fondo la discusión entre dos visiones que pueden ponerse de acuerdo mediante el diálogo sin que haya medidas de acción directa o puede ser que se necesiten diversas acciones – entre las cuales está el paro - para sentar a la otra parte a dialogar y tratar de sentar las posturas con el afán de poder llegar a un acuerdo sobre tales posiciones.

El Gobierno de Mauricio Macri no dialoga, hace que dialoga para las cámaras de televisión y los demás medios de comunicación, ante ello resulta muy difícil la resolución de cualquier conflicto.

Es lo que ha ocurrido con los docentes, en vez de hacer honor a ese diálogo que propone, fogonea aún más el conflicto: trata a sus dirigentes de corruptos; a los trabajadores de la educación de vagos; ofrece cifras de aumento irrisorias que el mismo gobierno sabe que son inaceptables; la justicia le debe decir que tiene que cumpla con la ley para que se abra la discusión salarial a nivel nacional; subestimando tanto a los maestros como a los demás sectores que entran en conflicto, ya sea laboral o social, argumentando que van por el “chori u la coca”.

Asimismo, entra en un macartismo – esto sí es vetusto – "intimándolos" a que revelen su filiación política, hasta llegar a que sea una conducta antisindical; tal como lo es tratar de utilizar pasantes o hacer diferencias de ingresos entre los que van a la huelga y los que nno

Todo ello no es porque el paro sea una herramienta envejecida, sino que es una posición de clase.

A esto viene que hay otro concepto que no ha enmohecido - pero así lo quieren instalar los sectores  dominantes – que es la lucha de clases.

Esta sigue y seguirá presente, mientras la sociedad vaya en camino a una más que importante inequidad.

Y porque la lucha de clases no ha “encanecido” porque ello se palpa día a día y, más aún cuando hay un gobierno que se presenta como liberal a ultranza.

¿Sino que es el conflicto docente?; ¿Qué es el conflicto de Cresta Roja?; ¿Qué es el conflicto de SANCOR?; ¿Qué es el conflicto de Volkswagen? ¿Qué es la puja salarial y de condiciones de trabajo?, podría seguir enumerando cosas pero este artículo se haría demasiado extenso.

Y ante ello la respuesta de los trabajadores puede ser muy variada.

La huelga como derecho es muy amplia y comprende distintas medidas – desde una volanteada hasta la toma del lugar de trabajo – medida esta última que la justicia ha avalado sino se producen daños a la propiedad –

Por supuesto el paro es una de esas medidas: Es una herramienta vieja? Sí porque los trabajadores la han utilizado desde los albores de la instalación del capitalismo.

Es una herramienta vetusta? No, para nada y en general, la puja salarial se ha definido y se define con alguna medida de fuerza de por medio, incluyendo entre ellas el paro.

La Asociación Bancaria tuvo un conflicto con el Banco Central por el despido de 40 trabajadores, la entidad sindical recurrió a varias medidas de fuerza, entre ellas el paro. Así se logró la reivindicación de los puestos de trabajo.

El mismo sindicato resolvió la puja salarial con varias jornadas de paro.  

Si fuera vestusta, desfasada en el tiempo, inapropiada. Como es que resuelven tantos conflictos, con dicha acción directa ?

Cualquier medida de fuerza es válida y no vetusta. Son las organizaciones sindicales las que deciden cual es la mejor herramienta a utilizar ante un conflicto.

Ni el Presidente de la Nación; ni la Vicepresidenta; ni el Ministro de Trabajo, ni ninguna persona extraña al movimiento obrero puede decirles que herramienta utilizar:

Al degradar tal medida, por elevación se les está diciendo cuales son las acciones a utilizar: No al paro; no a los piquetes y después? No a las medidas de acción directa?.

Esta es una concepción autoritaria, de regímenes autoritarios.

Así trataban al derecho de huelga las distintas dictaduras que pasaron por el país, así trataba a la huelga el fascismo; la falange y el nazismo.

Esta actitud de estigmatizar a los sindicatos, a sus dirigentes y por supuesto a las medidas de fuerza, no solamente es una conducta autoritaria, sino que remite a Civilización y Barbarie, nuevamente.

En realidad este gobierno encarna en todas sus acciones a ese concepto Sarmientino.

La democracia del PRO es muy particular: La democracia viene marchando!!

  

Black Canary

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