miércoles, 3 de febrero de 2016

El Capitalismo es Autoritario por Esencia!


El Capitalismo, desde su concepción intento ser un sistema mundial. En ese cometido, claramente, ha triunfado y si bien, es cierto que doscientos treinta años no son muchos – históricamente hablando – por el momento ha logrado imponerse como un sistema mundo “irrefutable”.

El capitalismo, como tal, logró fagocitarse – más allá de los análisis internos que uno pueda hacer acerca de las experiencias revolucionarias – las opciones alternativas que, como modelo de sociedad proponían y filosóficamente proponen una distribución de la riqueza distinta, orientada a los sectores populares, con mayor o menor atenuación respecto de la contundencia o la oposición a ese sistema capitalista.

Sistema que ha sabido construirse, adaptarse, aggiornarse y transformarse para seguir subsistiendo.

Sistema que abarca todas las cuestiones, desde el manejo del imaginario semántico – significado y significante - hasta el poder económico real.

Ese poder de adaptación ha sido siempre bastante subestimado por la intelectualidad burguesa o pequeño burguesa de izquierda.

Si uno hace la historia del Capitalismo, prácticamente, desde sus comienzo es que venimos hablando de la crisis del sistema y de su pronta ruptura. Sin embargo acá estamos.

Se que lo que voy a arrojar es una frase polémica, pero el capitalismo en términos de construcción sistémica – no de su contenido filosófico – ha sabido aprehender y poner en práctica la fórmula de acumulación de poder marxista – claro que en pirámide invertida -.

A la famosa proclama “trabajadores del mundo unios”, este sistema opuso el de “Capital del mundo unios”. El imperialismo militar, colonial, económico – financiero, podríamos decir que es la traducción en la praxis de esa “máxima marxista capitalista”, aunque, así expuesto, resulte un oxímoron.

En este sentido, podríamos nombrar en esa capacidad de deconstrucción de sistemas alternativos a la más simbólica – por su capacidad de balance mundial que supo ejercer en su momento, más allá de las profundas criticas y desviaciones que posteriormente tuvo – que fue la Revolución Rusa.
La Revolución Cubana que aún se mantiene en pie, pero que no puede avanzar más allá de sus primeros grandes logros – que de por cierto son inmensos para un “paisito” como Cuba –

El sistema capitalista ha sabido construirse como la cara democrática, en contraposición a cualquier otro sistema y su faz filosófico politica que acompaña es el “Liberalismo”.

Quien no adhiere a la palabra y al concepto Libertad? Mucha inteligencia en la construcción conceptual para ligar libertades y democracia a un sistema que es todo lo contrario. Un sistema que es autoritario y antidemocrático.

Si el ser humano tiene la “capacidad”, la “libertad” de concentrar y reconcentrar riquezas a costa de muchos otros seres humanos por el “simple ejercicio” de su libertad individual – obvio que ese proceso de concentración es mucho más complejo – como podríamos asimilar ello a la democracia?

Si el término democracia, lo circunscribimos a un sistema de votación y de gobierno, estamos simplificando los conceptos.

En este aspecto deberíamos diferenciar lo que podríamos llamar democracia formal – homologable a la descripción anterior – y democracia sustantiva que la vamos a definir más allá de derechos de los ciudadanos en la participación directa en la toma de decisiones.

Por qué? Porque en un sistema capitalista la riqueza es dirimente para el acceso a los derechos y, cuanto mayor riqueza, mejor y más fácil podrás acceder a tus derechos, esta es la contracara del liberalismo.

Cuando en el barrio se dice que solo están presos los “ladrones de gallinas”, es la traducción de que aquellos que cuentan con una riqueza importante, en algunos casos inestimable, serán mejor vistos por la sociedad, pero a su vez para su defensa tendrán los mejores asesores, los mejores abogados y en esa dirección ya hay un deterioro en contra de los sectores populares, de su acceso a la defensa en juicio y al sistema de justicia.

Le podemos llamar democracia a ello? La verdad que no, que los derechos humanos fundamentales puedan tener niveles de cumplimiento distinto respecto de la riqueza, no puede ser llamado democracia.

La democracia sustantiva, una sociedad efectivamente equitativa, solo se logra con la “democratización del capital”, con la redistribución de la riqueza en forma invertida a la que lo hace el capitalismo.

En estos últimos años hemos asistido en “NuestrAmerica” como alguna vez acuño José Martí a distintos procesos que trataron y tratan, en cierta medida de llevar a cabo una cierta democratización de ese capital.

Quizá la transformación más profunda en el continente se esté dando en Bolivia, con cierta esperanza de consolidación, probablemente. Después de ella este la “Revolución Ciudadana” de Ecuador.

Sin embargo, el capitalismo embiste y lo hace fuertemente, en algunos casos como quiso ser en Bolivia en sus comienzas y en Ecuador con cierto toque tradicional armado, aunque con diferencias.

Los medios concentrados y transnacionales de comunicación se han convertido en ejercito de campo; artillería pesada y grupos comandos con lazos en los sectores financieros y económicos de las estructuras capitalistas tradicionales de los distintos países.

Ello sumado a las estrategias tradicionales y, por supuesto a la disposición ideólogica de algunos dirigentes por su condición de clase y de agentes mercenarios pagos de otros – llamense a ello políticos y económistas que sin miramientos van a donde les dice “Don Dinero” – tratan de esmirilar, a veces con mucho éxito estos gobiernos con cierta proyección alternativa al capitalismo.

Con ese aparato comunicacional, cultural y político – económico, hacen que aquello que tiende a ser, efectivamente democrático, por su capacidad o “mera intención” de distribuir distinto la riqueza, se muestre como autoritario y hasta casi antidemocrático ante la “sociedad”.

El liberalismo – capitalismo – crea un vocabulario descalificador en cada lugar. En la Argentina por ejemplo “Los K”, logró imponerse como un concepto casi maléfico. Pertenecer, militar o simpatizar con La Cámpora – más allá de sus errores políticos – era y es pertenecer a una especie de secta de psicópatas perversos y malignos.

Los gobiernos populares de latinoamerica dependen de la posibilidad de profundización de las medidas tanto en cuanto a la distribución de la riqueza, como a las acciones tendientes a reconstruir un aservo cultural de la sociedad en la que pueda penetrar el concepto de democracia sustantiva y redefinir lo que significa el autoritarismo, porque en política no hay nada más autoritario que el Liberalismo y en economía no hay nada más autoritario que la concentración de la riqueza en pocas manos.

La Argentina es una prueba palmaria de ello. El Gobierno Kirchnerista tuvo todo para apretar el acelerador y profundizar el “combate al Capital” como dice la propia marcha, cuando se logró la mayoría holgada en primera vuelta – octubre 2011 – del 54,11%, no lo hizo y el “ejercito capitalista” aprovechó el momento con todos sus soldados.

En estos momentos nuestro país está viviendo ese retroceso y a la democracia kirchnerista – porque fue una democracia formal exacerbada y una democracia sustantiva atenuada – se le opone el autoritarismo de esta nueva etapa.

Las urnas son una forma de convalidar un gobierno desde el punto de vista del andamiaje legal de una sociedad, pero su verdadero carácter democrático lo dan sus acciones.

Pero cuando en 50 días ya hay más de 50.000 despidos – bastante repartidos “democráticamente” entre sector público y privado -; se reprimen los conflictos como el de Cresta Roja, la Municipalidad de Junín; O una murga de pibes en una villa; se encarcela gente por el hecho de ejercer su derecho de reclamar como a la dirigente social Milagro Sala o como al Dirigente de la Seccional Río Negro de ATE, Rodolfo Aguiar; se aumentan las tarifas, mucho más allá de la quita de subsidios; se quitan las retenciones a los productores concentrados del agro; los patrones en consonancia con lo que transmite el gobierno dicen que no van a ofrecer más del 25 % de aumento salarial; se devalúa la moneda en un 50% y la inflación desde que ganó cambiemos a esta parte ya roza el 15%, la transferencia de riqueza de los sectores populares a los sectores más concentrados de la economía son un agravio injustificable al verdadero concepto de democracia.

Por lo tanto, el autoritarismo es la forma de salir adelante, como en este “proceso”.

Por eso los despidos – lo que permitirá un ejercito de reserva para tener condiciones de trabajo aún más flexibles y salarios a la baja -; por eso la muestra de la faz represiva, porque el disciplinamiento es indispensable.

Por eso no se puede hablar de democracia, sino de autopritarismo.

En este sentido, parafraseando a Evita, “Los Gobiernos Populares Serán Revolucionarios o no Serán Nada”.

Democracia es Redistribución de la riqueza hacia los sectores populares!


Black Canary 

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