jueves, 21 de julio de 2011

Un pequeño aporte para la militancia capitalina


Aporte para la discusión Capital.

Mucho se ha dicho sobre la campaña del Frente Para la Victoria y el resultado de la primera vuelta, varias  han sido las críticas formales, la mayoría de esas críticas se han hecho sobre la campaña, sobre el o los candidatos, sobre la propaganda y la forma de comunicar y, sobre lo abultado del resultado final en tanto porcentaje y diferencia en los porcentajes.

Se ha dicho que a Filmus le falta pasión política y quizá pueda ser; se ha dicho que Canandié ha sido un escollo para abultar y aumentar el margen de votos y quizá desde cierta visión pueda ser; que la campaña estuvo invisivilizada y que se centro en El Debate y no en la crítica y contrapropuestas sobre esas críticas a la administración Macrista y quizá también pueda ser, todo será de acuerdo con el cristal con que se mire.

¿Sin embargo, si se hubiese hecho todo eso que desde distintas ópticas se critica, hubiésemos ganado? Quien escribe estas líneas tiene sus dudas. Obvio que cuanto más y mejor se hagan las cosas los resultados tienden a ser mejores, pero en lo personal creo que estas elecciones y el conglomerado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, debe ser parte de un análisis más profundo que vaya más allá de la campaña electoral.

En general hemos estado sumergido en un microclima superestructural.

Superestructural en que sentido?

En el sentido que hemos creído que “el viento de cola”, con perdón de la expresión que utilizo, de la Imagen de Cristina sumado o lo que nosotros veíamos como una “gestión” paupérrima del Jefe de Gobierno iban a dar un triunfo seguro o un empate técnico en la Capital que nos acercara al ballotage con más que amplias posibilidades de ganar.  

Una de las cosas que la experiencia política marca es que a los oficialismos, máxime si tienen el apoyo directo de lo que denominamos el establishment, no se les gana solamente porque hayan hecho – o creamos que hayan hecho – las cosas mal. La reelección de Carlos Menem, en forma más que amplia en 1995 es una de los tantos ejemplos que se pueden dar.

Sólo cuando ocurren cosas excepcionales – como el atentado a Atocha y la falta de reflejos del PP o la catastrófica administración de la Alianza – pueden hacer que los oficialismos pierdan per sé.

A los oficialismos que, supuestamente, hacen las cosas “mal” se les gana trabajando desde el primer día posterior al que haya ganado las elecciones.

Y esta “sentencia” tiene en la Capital Federal un sentido más profundo aún. Por qué?

Porque la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es el mayor exponente de todo el país de la derrota cultural, es donde – para utilizar términos “Jauretchianos” – más calan las viejas y las nuevas zonceras.

Y este no es un dato menor, porque el contendiente del establishment - en este caso - es el movimiento nacional y popular o un movimiento que, mayoritariamente, quiere convertirse paulatina y consecuentemente, en nacional y popular y es por supuesto a quienes van dirigidos la creación de mitos y zonceras, para establecer un imaginario común, que socave en los otros las cualidades del pensamiento y la acción  nacional.

En tal sentido debemos recordar que la andanada de votos Peronista de 1973, no pudo siquiera con la Capital.

Todo ello conforman rasgos de un distrito que siempre le fue esquivo al movimiento nacional y popular. Por qué en esta instancia debía ser diferente?

¿Cómo podía ser diferente si no ha habido, mal que nos pese, un trabajo serio que comenzara a darle batalla a esas zonceras y pueda ir volcando a nuestro favor o revirtiendo de a poco - porque va a ser de a poco - la derrota cultural?

Para ir aproximando al perfil del voto Macrista - que a su interior es muy heterogéneo – podemos decir que se compone de:

a)     Un Núcleo duro altamente ideológico que persigue a todo candidato de derecha que se instale con posibilidades ciertas, este es el voto que ungió en su momento (1973) a Sánchez Sorondo, el mismo voto que logró que la U Ce. De se propusiera como alternativa en la década del 80, el que fue detrás Herman González y que hoy, obviamente, oficia de soporte del actual jefe de gobierno.
Este es un núcleo que, cuando logra canalizarse, hace que la derecha tenga un piso de votantes de, aproximadamente, 20 %; lo que implica que el movimiento nacional y popular para empezar a pretender ganar el distrito federal debe emparejar, al menos, ese piso.
Está claro que ese emperajamiento no está. Los votos naturales y genuinos de nuestra fuerza en CABA van del 10 al 14 %, en el mejor de los casos. Ello implica que ya desde el vamos corremos con una desventaja de entre 10 y 6 puntos porcentuales.
Por supuesto que no es el espacio del núcleo duro ideológico el que vamos a pretender disputarle.
b)    Asimismo, la gran masa de votos obtenida en la primera vuelta tiene otro núcleo importante. Conforme una encuesta realizada por la Universidad de Buenos Aires del 47 % de sufragantes, casi un 40 % de ese espacio manifiesta no interesarle la política o interesarle muy poco.
Este núcleo es el más permeable a absorber la instalación de zonceras que impone el “sentido común” creado por el establisment.
Este es el núcleo que compra que los extranjeros les quitan el laburo a los argentinos; que los extranjeros son usinas de inseguridad, vagancia, y que forman parte de una “invasión” descontrolada.
Este es el núcleo que absorbe que los más carenciados invaden el espacio público y después quieren que se les de una vivienda sin que se sacrifiquen para conseguirla – donde por supuesto también influye la inmigración desontralada –
Este es el núcleo que dice que vota a Macri porque no hay que darle todo el poder al Gobierno Nacional; que quiere un balance de poder.
Por supuesto que podemos seguir enumerando mitos y zonceras creadas por el “sentido común”, pero es innecesario a los efectos de proseguir el análisis.
Este es el núcleo que hay que romper, porque es aquel que absorbe la zoncera. Este es el núcleo que su pensamiento ha sido colonizado y el trabajo del campo nacional y popular es propugnar y lograr su descolonización cultural.

Ahora bien, está claro que ello no se logra ni con la mejor campaña electoral que uno pueda imaginar. Previo a que una campaña electoral surta efecto se necesita un trabajo de base, barrio por barrio, “casa” por “casa” cuya duración es imprevisible pero que importa un largo camino. Este camino es el que importa la reversión de la derrota cultural colonizadora.

El mayor error que cometimos en esta campaña – aunque mejor es hablar de etapa y no de campaña, ya que debemos reconocer que desde el 2003 para acá no hemos hecho el esfuerzo de trabajar orgánica y colectivamente en CABA - es haber creado nuestra propia zoncera nacional y popular y habérnosla creído. Porque sumamos la imagen de Cristina a la “mala” administración de Macri, pero mala en términos de nuestros propios parámetros, sin medir los parámetros de aquellos que no abrevan, aún, en el ideario nacional y popular.

Creímos que por generación espontánea, las cosas que a nosotros nos preocupan, le iban a preocupar a todos en la misma medida que a nosotros sin analizar hasta que punto la colonización cultural había penetrado.

Ello implica que debemos correr para donde ese núcleo corre?

No, por supuesto que no. Pero es un arduo trabajo hacia delante el que nos espera para romper las zonceras  que se han transformado en el sentido común porteño.

Eso implica que no debemos trabajar para el ballotage?

No por supuesto que no. Al contrario debemos trabajar lo mismo o más que si realmente tuviésemos grandes expectativas de ganar el ballotage.

Porque deberíamos hacerlo si no hay grandes posibilidades de ganar?

Porque nosotros trabajamos para hacer reformas profundas y duraderas en la sociedad y, el mejor resultado en una elección depende de nuestro trabajo transformador, no militamos y ponemos el hombro solo para lograr un resultado positivo, militamos para una Patria Nacional y Popular y damos todas las batallas que haya que dar con la misma pasión y el mismo espíritu,

Eso es lo que nos diferencia, eso es la Razón de nuestra vida, como diría la compañera Eva.

Por esta pasión y por este ideal debemos tratar de saber siempre donde estamos parados y a partir de allí ir trabajando para mover al mundo, ese es nuestro desafío el 31 de Julio – el 24 de julio en Santa Fe -; el 14 d agosto; el 23 de octubre, pero todas estas fechas son referencias y resultado de trabajo diario en la superestructura y en la base, fundamentalmente, en la base.

Porque las revoluciones, siempre crecen desde el pie.

Espero que estas ideas sirvan para el debate interno “Capital”.

Un abrazo militante.

Carlos Marin



5 comentarios:

  1. Lo que confirma que el Movimiento Nacional y Popular permanece incompleto al no integrar a sectores populares de las grandes urbes, no sólo la CABA. Y creo que hay una confusión importante entre sumar al Proyecto y "peronizar", máxime en estos tiempos en que las minorías soslayadas comienzan a ser respetadas e integradas social, política y legalmente. Sería un buen momento, como dice hacia el final de su texto, para comenzar a pensar a esas grandes urbes como parte del pueblo, integrables al Proyecto y dejar de creernos que sólo les interesa las orejas de Mickey y que los verdaderos Gardeles somos los demás (porteño parisino montevideano)

    Invito al respecto: clic aqui

    Salud!

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  2. En primer lugar quiero aclarar que no soy "K" pero sí, muy peronista. Lo que quiero hacer es felicitar a las bases por su trabajo incasable para poner en practica la Doctrina Justicialista. El Propietario más autentico de esta Doctrina son las bases militantes, que pretendo que nadie se apropie de esa bases. Yo, como militante Peronista, no puedo estar enfrentado, bajo ningún punto de vista, con otro compañero militante de otra corriente. Por eso quiero mandarles un abrazo a todos los compañeros militantes!

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  3. Estimado Carlos, siempre un placer leerte, aunque no me pueda definir como kirchnerista, tengo una visión bastante similar del proceso electoral en la Capital en cuanto al diagnóstico. Quisiera compartirlo contigo, aunque quizás ya lo hayas visto: http://jugueteandorabiosamente.blogspot.com/2011/07/sigue-sin-estar-bueno-buenos-aires.html

    Un abrazo.

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  4. Carlos: me parece acertado tu análisis,solo qué es muy difícil acabar con las zonceras mientras los medios estén a disposición de crearlas. Y ése núcleo que vos enuncias está habido de zonceras.

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