lunes, 2 de mayo de 2011

Libertad de Prensa y Conflicto Laboral




El día domingo 27 de Marzo de 2011 la edición del Diario “Clarín” no vio la calle, no llegó a los kiosquios como, vulgarmente, se dicé “no salió”.

El motivo de ello es que trabajadores de la empresa AGR S.A. ( Artes Gráficas Rioplatense) decidió ejercer una medida de acción directa consistente en el bloqueo de la planta.

La consecuencia de ello, más allá de que uno pueda suponer que de todas formas la empresa pudo haber distribuido normalemente el periódico, es que CLARÍN, no pudo ser distribuido y, no llegó a los hogares y/o a los potenciales compradores.

Tal situación fue etiquetada, por lo que se denominan los medios de comunicación hegemónica, como un ataque a la Libertad de Prensa.

En primer lugar hemos de decir que no vamos analizar aquí el derrotero del conflicto, sino el hecho del conflicto laboral en sí mismo en ¿pugna? con la Libertad de Prensa.

En tal sentido es dable destacar que no hay contienda, ni contraposición entre uno y otro. Ello por qué? Porque en realidad Libertad de Prensa y Conflcito laboral corren por carriles separados y diferentes.

La libertad de prensa es la existencia de garantías con las que los ciudadanos cuentan para que tengan el derecho de organizarse para la edición de medios de comunicación, cuyos contenidos no estén controlados ni censurados por los poderes del Estado.

O sea, es la garantía que tienen las personas de poder organizar una empresa en la cual pueda configurarse y editarse un medio de comunicación, sin intervención del Estado.

Ahora bien, las empresas como tales tienen trabajadores que son los que hacen que esa organización tome cuerpo y cumpla con su objeto, sin embargo estas organizaciones están expuestas, como todas, a los vaivenes propios de las relaciones laborales.

Entre esos vaivenes se encuentra, precisamente, el conflcito laboral, gremial o sindical.

En un conflcito laboral que toma el cariz de colectivo una de las posibilidades es que los trabajadores ejerzan medidas de fuerza para lograr sus objetivos.

Demás está decir que el objeto inmediato de una medida de fuerza es provocarle un daño al empleador y, obviamente, tiene un fin ulterior que es la defensa de un derecho o la posibilidad de avanzar en nuevos derechos.

Una de las consecuencias de las medidas de fuerza - que se encuentran englobadas dentro del ejercicio del derecho de huelga establecido en el artículo 14 bis  - es que el producto no se realice y/o no se distribuya.

Ni más, ni menos que eso es lo que ha ocurrido el día 27 de marzo de 2011 con el diario Clarín.

El diario – en tanto empresa - se vio inmerso en la dinámica de un conflicto laboral que derivó en una medida de fuerza. Como conseucuencia de ella el producto (Diario Clarín en este caso) se vio impedido de salir a la calle. Nada anormal, nada que no se pueda prever y nada que no ocurra o pueda ocurrir en cualquier otro conflicto laboral.

La libertad de Prensa se vio atacada?

No, no ha habido acto del Estado dirigido a controlar, ni censurar sus contenidos.

No ha habido acto del Estado dirigido a vulnerar los derechos de la empresa de organizarse en pos de un medio de comunicación.

Sino que la EMPRESA periodística  - empresa capitalista como cualquier otra, siendo su mercancía la información  - se vio sometida a un conflicto con sus PROPIOS TRABAJADORES que impidió - dentro de la dinamica del mismo - la salida del diario.

Reitero lo normal que pudo haber ocurrido en cualquier conflcito laboral.

La Libertad de Prensa no se ha visto atacada.

El Estado no ha ejercido ni control, ni censura sobre Clarín y, desde el punto de vista del conflicto, uan vez cumplida la medida de fuerza el Diario en cuestión, se encuentra normalmente en la calle, ejerciendose sin nigún tipo de problemas la Libertad de Prensa y la Libertad de Expresión.

La “enseñanza” de esta situación es que se pretende estigmatizar el conflicto laboral y la organización colectiva de los trabajadores, para lograr así disciplinamiento social.

Se pretende demonizar el conflicto, cuando el conflicto es motor de cambio y base de una sociedad democrática.

Cuando, sobre todo los políticos apuntan contra el conflicto laboral y su dinámica, nos trasmiten que si logran el control del poder político, la sociedad será menos democrática porque el conflcito será catalogado como una cuestión patológica del sistema y no funcional y revatilzador como, efectivamente lo es.

Carlos Luis Robinson Marin
Especialista en Derecho Sindical.

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