Como es costumbre a la ideosincracia liberal la misma recurre a falacias
descalificadoras, en general dogmáticas con poco sustento, para tratar de
“dinamitar” los procesos y modelos populares de desarrollo.
Ese dogmatismo se centra principalmente en adjetivaciones tales como
“populismo” – concepto que en el imaginario colectivo ha quedado como “mala
palabra” pero que ninguno de sus propaladores podría definir exactamente -.
O en cierto relato amañado con una determinada “logica” – si así no se
ofende al término – que a poco de andar pasa a ser ilógico e irrazanoble.
El Liberalismo siempre ha tratado de imponer un discurso único, en el cual
no existe otra alternativa, otra posibilidad política que un modelo que
concentre la riqueza en una pequeña clase dominante, esa clase dominante es la
que debe “abastecer” la desarrollo del país y, si por algunas de esas
cuestiones del destino esa Nación se “desarralla” o llega a algún estadío parecido,
lo es a costa de los sectores populares que no participan del mismo.
Una muestra de ello es la columna de opinión de Manuel Adorni (@madorni) –
Analista Económico y Docente Universitario –
Comienza su columna de este
modo: “En las últimas décadas, siempre
ha resultado cómodo a nuestros gobernantes esgrimir su simpatía con el modelo
de sustitución de importaciones, en el que, impidiendo el ingreso de productos
del exterior, se logrará desarrollar una industria nacional pujante que dará
empleo de calidad y crecimiento económico para todos. Tal vez por un populismo
desmedido (como habitualmente ocurre) o simplemente por la ignorancia acerca de
las consecuencias en cuanto a los beneficios del modelo, su implementación ha
fracasado en cada intento…”
En primer lugar – y una de las primeras falacias – es
importante destacar que sólo hubo dos períodos en la historia en los que se
quiso imponer, realmente y con convencimiento, un modelo de sustitución de
importaciones:
1) Entre 1946 – 1955, abortado, no por su fracaso sino por un
golpe de Estado de neto corte liberal.
Período de tiempo, cortísimo para la historia de un país
donde se llego a desarrollar industria pesada de la importante como la de
construcción de aviones, para poner un ejemplo.
2) Entre 2003 – 2015 donde, inclusive en medio de crisis
mundiales se logró, de a poco ir reflotando industrias como la del cuero, el
calzado, textil, automotriz, software entre otras y el nivel de vida de la
población era bueno.
Esto quiere decir que es imposible hablar de las “últimas
décadas” porque ni siquiera el gobierno de Alfonsín trató de implementar un
modelo de sustitución de importaciones, mucho menos el de Carlos Menem; tampoco
el de De La Rua ,
a Duhalde no se le puede atribuir en sí mismo ningún modelo de desarrollo
económico y es recién con Néstor Kirchner – 2003 – que se empieza a hablar de
sustitución de importaciones.
A pesar del corto – del cortísimo - tiempo de implementación
en ambos períodos es imposible hablar de fracaso:
En ambos casos levanto el nivel de la población y la
posibilidad de movilidad social, la clase trabajadora se vio incluida
definitivamente a la vida social y política de la comunidad; el desempleo dio
paso al pleno empleo y la posibilidad de vacacionar y tener posibilidades de
consumo que otrora no había.
Los niveles de alfabetización pasaron a ser los óptimos. La
creación de universidades y la posibilidad de acceso a esta de todos los
sectores sociales fue una realidad.
Los avances en desarrollo, distribución de la riqueza,
educación y derechos de los sectores medios y vulnerables no tuvieron parangón
en ningún otro período de la historia política argentina.
Todo esto que estoy refiriendo es comprobable estadística,
empírica, fáctica, económica y legalmente.
Si a esto se le llama fracaso, por supuesto, prefiero el
fracaso al éxito que han tenido los proyectos liberales en argentina que con o
sin prosperidad nunca benefició a los sectores populares.
Un ejemplo de ello fue la famosa Argentina del Centenario período
en el cual se hablaba del país floreciente, del “Granero del Mundo”, sin
embargo era una sociedad llena de conflictos sociales porque la famosa “bonanza”
no “derramaba” hacia los sectores populares.
A ese modelo agroexportador se le pude llamar un modelo
exitoso? Si cierran los números pero con las mayorías afuera, eso es un éxito?
Si ese es el éxito, déjenme con el fracaso.
Los modelos liberales que se fueron implementando después
de los primeros seis meses de gobierno alfonsinista hasta el 2003 produjeron la
continuidad de la destrucción del aparato productivo que se inició en 1955, se
profundizó en 1976 y se remató en tales períodos.
Con esos proyectos liberales llegamos al 2003 debiendo casi
el equivalente a do PBIs, o sea a dos veces el Producto Bruto Interno, con un
desempleo del 25 %; con el 60% de la población debajo de la línea de pobreza;
sin industrias; con una economía informal de más del 60% y uno podría seguir
enumerando desastres.
Haciendo una alegoría vendíamos nuestro país y quedamos
debiendo otro.
Esto no fue fruto del mal llamado “populismo”, esto no fue producto
de un modelo de sustitución de importaciones, por el contrario esto SÍ FUE
CONSECUENCIA DE DÉCADAS DE PROYECTOS LIBERALES.
Y me planto ante el que quiera a debatir de qué cuño fueron
esos proyectos, más allá, con que sello político llegaron a la Casa Rosada.
Por ello ya en el primer párrafo de su columna Manuel
Adorni parte de una falacia, de una mentira, el problema es que esta zoncera
sobre “El Veneno del sustitución de importaciones” ni siquiera tiene el valor
de un sofisma, porque estos se construían, a partir de la falacia, como un
castillo lógico que dificultaba llegar al embuste. No es así en este caso.
El autor de la columna prosigue diciendo: “Es difícil comprender por qué una buena parte
de la sociedad sigue aceptando como positiva la frase "sustitución de
importaciones" cuando la escucha en boca de algún dirigente mal informado.
Seguramente crean que el resultado sería elemental: no se importarían
determinados bienes, lo que implicaría creación de industrias nacionales
para producirlos y cubrir esa demanda (ahora insatisfecha), y, con el
nacimiento de estas, mejoraría el nivel de empleo en la economía, ya que a priori habría mayor mano de obra empleada.
Simple y agradable, pero bastante lejano a lo que nos muestra la realidad.
Tampoco
se comprende demasiado la obsesión que genera la patriótica sustitución de
importaciones. En el mundo desarrollado, el sector que más riqueza genera es el
de servicios (con más de un 60% del PBI de las principales economías del mundo)
y no los sectores industriales. Hoy vivimos una revolución tecnológica en la
que el valor está dado por la educación y la calidad, ya no tanto en procesos
industriales repetitivos, donde de a poco la mano de obra humana va perdiendo
terreno ante robots y máquinas que automatizan cada una de las etapas de
producción; quienes dedicaban su fuerza de trabajo a los procesos industriales
deberán comenzar a aportarla a sectores de servicios. Y esto no son malas
noticias, sino simplemente una consecuencia de la evolución. En tal caso, la obligación del mundo no
desarrollado es invertir en educación que nos permita fomentar las capacidades
requeridas por estos nuevos tiempos; sin esta y sin la adecuada
preparación, quedaremos fuera del mundo, ya no por no pagar nuestra deuda
soberana o por ideologías contrapuestas con el hemisferio norte, sino por
seguir pensando sobre ideas de un siglo al que hoy ya no pertenecemos.
Ayer fue la revolución industrial, hoy es la revolución tecnológica…”
Algunas
cuestiones importantes para señalar. Ese círculo virtuoso que señala sobre la
sustitución de importaciones, donde Adorni lo señala irónicamente, debería
tener un análisis más riguroso.
En
principio hemos dicho ya, cuestión esta que se pude comprobar con dato duros,
no sólo del INDEC, sino delas mismas Cámaras delas distintas actividades que en
la industria textil, el cuero, el calzado, la industria de la alimentación; el
juguete; la misma industria automotriz y, fundamentalmente la de autopartes; se
estaba promocionando y logrando importantes avances en la industria del
software; la industria satelital; la producción de reactores nucleares, entre
otras varias, fueron fruto de un modelo de sustitución de importaciones que
logró ir capeando una crisis internacional que empezó en el 2007 y aún no
termina.
De una
desocupación del 25 % se llegó a una desocupación del 5,9%; de un índice de pobreza
de casi el 60% se bajó al 20%; de una economía informal de entre el 55 y el 60%
se llegó al 33%; de deber casi dos PBIs a tener una deuda del 11% del PBI –
desendeudamiento total – y a gobierno actual se le entrego un país con
crecimiento del orden del 2,7% en plena crisis internacional y un déficit fiscal
real del 2,9% - reconocido, recientemente por el INDEC de Todesca -. Me gustaría
entonces que me expliquen cual es el fracaso y cual la “pesada herencia”?.
Ahora
bien con un modelo liberal a ultranza en ocho meses vamos camino a restablecer
los índices del 2001 y espero que no, a superarlos.
Advierte
Manuel Adorni que en el mundo desarrollado el sector que más riqueza genera es
el de servicios.
Aquí
hay que detenernos en varias cuestiones:
En
primer lugar es una afirmación dogmática, sin sustento, ni ejemplos reales es
lo que hace siempre el liberalismo para crear lo que Jauretche denominaba
zonceras.
En
segundo lugar también se habla de riqueza en forma genérica. Un modelo es
exitoso porque, simplemente, genere riqueza? Y este es un debate de fondo.
Hay economías
liberales que han generado riqueza pero, esa riqueza, se concentra en una clase
dominante y, como ya hemos referido, nunca “derrama”. Ese es un modelo exitoso?
En
este mundo Capitalista hay 62 personas que tienen la misma riqueza que todos
los demás habitantes del planeta. ¿Qué tal?
Cuando
se habla de modelo exitoso de economía de servicios se señala a la India. Macroeconómicamente
sustentable; 6% de inflación anual, 65% de pobreza y explotación laboral.
Riqueza concentrada en el 2% de la Población.
Aquellas economías basadas en la
producción y distribución de servicios son las más vulnerables a las crisis
económicas, por supuesto no voy a enfatizar una frase dogmática, voy a ejemplificar.
No hablo de países subdesarollados, hablo
de países centrales. En Europa los países más afectados por la crisis internacional
han sido aquellos que su economía se sustenta en los servicios y que tienen muy
poco desarrollo industrial.
Cuales fueron los países europeos más
afectados por la crisis? Al principio de ella Gran Bretaña, Islandia, España;
Portugal; Grecia y los países del Este europeo.
La que sale primero y, la única que sale
de dicha crisis es Gran Bretaña, que ante el rescate bancario empieza a
sobrellevar la crisis. Por qué? Porque junto a Suiza son la banca internacional
financiera y entonces los bancos son los primeros rescatados y los primeros en
ganar en estas situaciones.
Ahora bien, que ocurre con los demás? Siguen
inmersos en una crisis económica desde hace varios años, porque salvo los
servicios básicos, estos son las cosas que primero se recortan y si no hay industria
donde recostarse termina siendo un círculo vicioso de nunca acabar.
Tanto España, como Grecia y Portugal dependen,
fundamentalmente, del turismo, la hotelería y la gastronomía. Los países del
este europeo dependen de ello aún más.
Ninguno de estos ha podido sacar la
cabeza de debajo del agua, esencialmente, porque han seguido un proceso de
concentración del capital financiero y de las compañías de servicios; así como
también la falta de estructura industrial no le da posibilidad alguna a estas
economías de guarecerse al menos en un cierto repliegue que no destruya o
impacte menos en el desempleo.
No sólo que una economía basada en los
servicios no genera grandes cantidades de empleo, sino que declaradas las
crisis, la expulsión de trabajadores es mucho más vertiginosa, no sólo por la
precariedad que en general tienen esos empleos, sino también porque son los que
la gente desecha primero.
Otro de los “errores” muy comunes de los
economistas liberales es hablar de la revolución tecnológica en contraposición a
la industrialización, que l industrailización ya fue y lo que vine es
simplemente, la cuestión del conocimiento y la tecnología.
Sin embargo una cosa no se opone a la otra. Decir
que los países como el nustro están destinados a proveer de cerebritos a los
países centrales, que más o mnos es el mensaje de Adorni, es algo así como que
nos declarmos en extinción.
Pero inclusive para producir tecnología se ncesita
industria: Industria del Software; producción de insumos; computadoras, chips,
smartphones; tablets; videos juegos, consolas; satétlites: cables de fibra
óptica; reactores nucleares; si se quiere, paneles de enería solar; para eso
también se ncesita la industrial del metal y del plástico y uno podría seguir
enumerando muchas más industrias que hacen a la posibilidad que exita la
tecnología o nuevas tecnologías, industrías en las cuales la robótica aún no h
reemplazado al hombre; robótica que además necesita deindustria que tambíen
necesita de trabajadores.
Ello pura y exclusivamente hablando de nuevas tecnologías
y que, como expresé, me quedo corto.
Este somero ejemplo da por tierra cualquier especulación sobre la “inutilidad”
de la industria o su desfasaje histórico en el siglo XXI.
La sustitución de importaciones no es un veneno,
por el contrario es la única salida paramun proyecto de país independiente
económicamente y a su vez integrado al mundo pero con autonomía.
La propuesta liberal sigue siendo una propuesta
dependiente de las economias centrales y en el fondo colonialista donde la riqueza
se concentre en l lase dominante y no haya ditriución de la misma, porque el
Estado no está para “intervenir” en la economía, aunque esta sea otra falacia
liberal.
El Estado Liberal es tan o más interventor que en
los gobiernos populares, nda más que inclina la balanza en favor de las minorías
qu ostentan el capital concentrado.
BLACK CANARY
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